Compartir

A mediados de 2021 decidirá si lanza el proyecto, y mientras realizará diferentes ejercicios técnicos, además de una consulta pública el 12 de Octubre para conocer preferencias sobre este posible paso, que supondría dinero del BCE ofrecido en forma digital para que los ciudadanos y las empresas lo utilicen para sus pagos minorista, complementando también los depósitos mayoristas

El Banco Central Europeo baraja emitir un euro digital como complemento al efectivo

AZARplus

El 2 de octubre de 2020, el Banco Central Europo (BCE) publicó un informe sobre un euro digital en el que examina la emisión de una moneda digital, el euro digital, desde la perspectiva del Eurosistema, según la nota oficial de la entidad.

Este euro digital se concebiría, de hacerse realidad, como dinero del BCE ofrecido en forma digital para que los ciudadanos y las empresas lo utilicen para sus pagos minoristas y complementaría la oferta actual de efectivo y depósitos mayoristas del banco central. Juntos, efectivo y euro digital, según la institución, brindarían a las personas “más opciones sobre cómo pagar y les facilitan hacerlo, lo que aumenta la inclusión financiera”.

El nivel de confianza sería “el mismo que con efectivo, ya que ambos están respaldados por un banco central, que es algo que los criptoactivos como las monedas estables no pueden proporcionar”, reza otra de las notas que desarrollaremos a continuación. En la misma, también se apunta que, al margen de cual fuese su diseño y funcionamiento “el euro digital sería una forma electrónica de dinero del banco central, accesible a todos los ciudadanos y empresas, como los billetes, pero en forma digital, para realizar sus pagos diarios de forma rápida, sencilla y segura.”.

Razones para emitir un euro digital

Un euro digital podría respaldar los objetivos del Eurosistema al proporcionar a los ciudadanos acceso a una forma segura de dinero en un mundo digital en rápida evolución. Asimismo, un euro digital sería el dinero del Banco Central disponible en forma digital para su uso en pagos minoristas, según el Informe. En el documento también se señalan las posibles ventajas de un euro digital y los rápidos cambios en el panorama de los pagos minoristas, apuntando que implican que el Eurosistema debe estar equipado para emitirlo en el futuro.

Efectivo

Efectos potenciales de un euro digital y consideraciones legales

El Eurosistema diseñaría el euro digital de forma que se evitaran posibles implicaciones indeseables para el cumplimiento de su mandato, tanto para la industria financiera y para la economía en general, se señala también. En cuanto a su diseño a nivel jurídico, este se construiría sobre una base jurídica sólida.

El Eurosistema, por otra parte, debe abordar una serie de consideraciones legales importantes relacionadas con un euro digital, incluida la base legal para la emisión, las implicaciones legales de diferentes características de diseño y la aplicabilidad de la legislación de la UE al Eurosistema como emisor.

Posibilidades de diseño funcional del euro digital

Este informe no se ha elaborado demostrando una especial preferencia por un tipo específico de euro digital, ya que se considera que “cualquier solución potencial debe satisfacer una serie de principios y requisitos que se identifican en este informe y cumplir con la legislación pertinente”.

Enfoques técnicos y organizativos de los servicios

Esta sección del Informe describe las opciones de diseño seleccionadas para la implementación técnica de un euro digital a nivel de la infraestructura back-end y las soluciones de acceso del usuario final. Por un lado, la infraestructura de back-end subyacente para la provisión de un euro digital puede estar centralizada, con todas las transacciones registradas en el libro mayor del banco central, o incluir cierta descentralización de responsabilidades a los usuarios y / o intermediarios supervisados, permitiendo así también la provisión de un portador euro digital. Independientemente del enfoque, se apunta que la infraestructura de back-end debería estar controlada en última instancia por el BCE.

Efectivo

Trabajo de seguimiento y Consulta pública

Para garantizar que se obtengan respuestas significativas a las preguntas abiertas planteadas en este informe, hacia mediados de 2021, el Eurosistema decidirá si lanzar un proyecto de euro digital, que comenzaría con una fase de investigación.

En cuanto al a Consulta pública, se señala que “también es necesaria la retroalimentación de los futuros usuarios finales y los posibles intermediarios”, por lo que, el Eurosistema solicitará las opiniones de otras autoridades públicas, instituciones financieras y la sociedad en general para “evaluar la necesidad, la viabilidad y los casos comerciales reales de un euro digital”.

Preguntas y respuestas claves

El BCE también ha respondido a diferentes preguntas clave en torno a su propósito de llevar a cabo un estudio de la conveniencia de la creación del euro digital, que reza del siguiente modo:

“El BCE, como guardián del euro, proporciona moneda en dos formas: emitimos billetes y transferimos depósitos electrónicos a bancos y otras instituciones financieras”, señalan, además de subrayar que “la digitalización se ha extendido a todos los rincones de nuestras vidas y ha transformado la forma en que pagamos. En esta nueva era, un euro digital garantizaría que los ciudadanos de la zona del euro puedan mantener el libre acceso a un medio de pago simple, universalmente aceptado, seguro y confiable. Un euro digital no pretende reemplazar el efectivo, sino complementarlo. Juntos, brindan a las personas más opciones sobre cómo pagar y les facilitan hacerlo, lo que aumenta la inclusión financiera”.

“El Eurosistema seguirá garantizando que todos los ciudadanos tengan acceso a los billetes y monedas en euros en toda la zona del euro”, concluyen, y a continuación dan respuesta a las siguientes cuestiones clave.

“¿Por qué un euro digital?” Al respecto, el BCE apunta que un euro digital haría que sus pagos diarios fueran más rápidos, más fáciles y más seguros. Además, podría apoyar la digitalización de la economía europea y fomentar activamente la innovación en los pagos minoristas. Por lo tanto, “el BCE y los bancos centrales nacionales de la zona del euro están explorando los beneficios y los riesgos para que el dinero siga sirviendo bien a los europeos”.

En cuanto a “otros beneficios de un euro digital”, además de las ventajas apuntadas,

se explica que este “preservaría los beneficios que el euro nos brinda a todos. Ayudaría a hacer frente a situaciones en las que la gente ya no prefiere el efectivo”, así como a “amortiguar el impacto de eventos extremos, como desastres naturales o pandemias, cuando los servicios de pago tradicionales ya no funcionen. También podría ser crucial que las personas recurrieran a medios de pago digitales extranjeros, lo que podría socavar la estabilidad financiera y la soberanía monetaria en la zona del euro”.

También se responde a los planes de futuro, señalando que “durante la fase de preparación, estamos trabajando en el concepto, comenzando la experimentación práctica sobre posibles diseños y discutiendo con las partes interesadas y socios internacionales. Hacia mediados de 2021 decidiremos si lanzamos un proyecto de euro digital. A esto le seguirá una fase de investigación sobre los requisitos de los usuarios y los proveedores de servicios”. De decidirse seguir adelante, “llevaría tiempo desarrollar una moneda digital segura, accesible y eficiente. Nos aseguraremos de que los sistemas que utilizamos para pagar se ajusten a las necesidades de las personas que los utilizan”.

“¿A qué se podría parecer?”, plantean también, y la respuesta señala que “es demasiado pronto para identificar un tipo específico de euro digital. Los expertos del BCE y los bancos centrales nacionales de la zona del euro han establecido una serie de requisitos básicos para un euro digital, como la facilidad de acceso, la solidez, la seguridad, la eficiencia, la privacidad y el cumplimiento de la ley. Estos nos ayudarán a definir cómo se vería”.

“¿Gestionará el BCE un euro digital?”, podríamos preguntarnos igualmente.  Al respecto, señalan que “el BCE es el custodio del euro, ya sea en forma de billetes o en formato digital, en nombre de los ciudadanos europeos. Queremos asegurarnos de que se preserve el valor de nuestro dinero y de que cualquier forma de euro digital esté salvaguardada y regulada en última instancia por el banco central”. Además, añaden que, “cualquiera que sea el diseño y el funcionamiento de un euro digital, sería una forma electrónica de dinero del banco central, accesible a todos los ciudadanos y empresas, como los billetes, pero en forma digital, para realizar sus pagos diarios de forma rápida, sencilla y segura”.

Por último, responden a la razón de “por qué un euro digital no sería un criptoactivo” apuntando que “los criptoactivos son fundamentalmente diferentes del dinero del banco central: sus precios son volátiles porque carecen de valor intrínseco y no hay una institución confiable que los respalde”. Y concluyen que “las personas que usan un euro digital tendrían el mismo nivel de confianza que con efectivo, ya que ambos están respaldados por un banco central, que es algo que los criptoactivos como las monedas estables no pueden proporcionar”.

A continuación, difundimos el Informe y su Resumen Ejecutivo, así como un artículo de opinión firmado por Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo.

Tenemos que estar preparados para emitir un euro digital

La digitalización está introduciéndose en todos los ámbitos de nuestra vida, en respuesta a una creciente demanda de inmediatez en la forma en que consumimos, trabajamos y nos relacionamos con los demás. Y, en muchos sentidos, está alterando nuestra estructura cultural, social y económica.

La forma en que pagamos no es ninguna excepción: nuestros hábitos están cambiando, y en algunos países, muy rápidamente. Hasta hace poco, el efectivo era el único medio para pagar de forma inmediata, y sigue siendo el método predominante para los pequeños importes. No obstante, la tendencia es hacia los pagos sin efectivo y sin contacto. Cada vez compramos más con tarjetas inteligentes, aplicaciones instaladas en el móvil o incluso el smartwatch.

Por tanto, es inevitable que los bancos centrales de todo el mundo, como guardianes y emisores de su moneda, se pregunten si deben emitir una moneda digital, si deben desarrollar una forma de dinero electrónico que, además de tener curso legal y el mismo grado de confianza, ofrezca todos los beneficios del dinero en su forma tradicional. ¿Deberíamos emitir un euro digital en la zona del euro, además de los billetes? Contamos ya con medios de pago digitales, como las transferencias electrónicas. Y, por supuesto, tenemos dinero físico del banco central, es decir, el efectivo. Lo que no tenemos es una moneda digital emitida por el banco central que podamos usar en nuestra vida diaria. En otras palabras, no disponemos de un equivalente digital de los billetes en euros.

Determinar si necesitamos un euro digital es una cuestión importante y apremiante, que el BCE y los bancos centrales nacionales de la zona del euro están considerando juntos. Hoy publicamos un informe que expone nuestra evaluación sobre las opciones económicas, estratégicas, tecnológicas y sociales que se nos presentan. Su contenido será la base de la consulta pública que iniciaremos el 12 de octubre para conocer los puntos de vista del público y de todos los interesados.

En él se concluye que debemos estar listos para emitir un euro digital si las circunstancias lo requieren, lo que significa que tenemos que empezar a prepararnos. Durante los próximos meses, escucharemos y experimentaremos, a fin de estar en condiciones de tomar una decisión bien fundamentada sobre la posible creación e introducción de un euro digital.

Esta moneda tendría como objetivo proteger el bien público que el euro constituye para todos nosotros: acceso sin coste a un medio de pago sencillo, aceptado universalmente, fiable y libre de riesgo. La necesidad de emitir un euro digital podría surgir en diversos escenarios: por ejemplo, en situaciones en las que el público prefiera no pagar en efectivo, o sucesos extremos —como catástrofes naturales o pandemias— en las que otros servicios de pago dejen de funcionar. Un euro digital también nos protegería frente a la eventualidad de que un medio de pago digital público o privado, emitido y controlado desde fuera de la zona del euro, desplazase en gran parte a los medios de pago existentes, lo que podría crear problemas regulatorios, y poner en peligro la estabilidad financiera e incluso nuestra soberanía monetaria y financiera.

Un euro digital sería un complemento del efectivo, no un sustituto. Juntos, ofrecerían al público más opciones y un acceso más fácil a los medios de pago, lo que contribuiría a la inclusión financiera. Un euro digital representaría asimismo la voluntad de Europa de abrazar el cambio y liderarlo, respaldando la digitalización de la economía europea. Fomentaría la innovación en el ámbito de los pagos minoristas, y crearía sinergias con las nuevas soluciones de pago que ciudadanos y empresas necesitan para prosperar en mercados digitales innovadores. Aumentaría el atractivo del euro para los no residentes en la zona del euro y, por tanto, el interés mundial por nuestra moneda y la fortaleza del sistema financiero europeo. Por último, nos permitiría combatir con más eficacia las actividades ilegales, como el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo.

Al mismo tiempo, la introducción de un euro digital presenta distintos retos. Algunos están relacionados con los derechos individuales, como el derecho a la intimidad, y será necesario solventarlos cuando elaboremos los diseños funcionales y tecnológicos. Otros retos son de naturaleza económica. Por ejemplo, hay quien teme que un euro digital pudiera obstaculizar la actividad de los bancos o generar inestabilidad en tiempos de dificultades financieras. No obstante, un euro digital bien diseñado podría tener en cuenta estos riesgos.

Para afrontar estos retos, no podemos olvidar que el valor del dinero —en su forma tradicional y digital— se fundamenta en la confianza de los ciudadanos. La aceptación del público es esencial. Por tanto, queremos escuchar a los ciudadanos y conocer sus necesidades, preferencias y preocupaciones en relación con el euro digital. Los comentarios que recibamos en la consulta pública y el resultado de las conversaciones con los representantes europeos elegidos democráticamente guiarán nuestro trabajo futuro. Experimentaremos sometiendo a prueba opciones concretas, en cooperación con todos los interesados. Y colaboraremos con las instituciones y las autoridades competentes en la evaluación de los requisitos legales económicos y financieros de un euro digital.

El euro ha funcionado bien hasta ahora y es una moneda de la que los europeos se fían. Debemos asegurarnos de que nuestra moneda sea adecuada para el futuro. No podemos quedarnos de brazos cruzados.

Este post se publicó como artículo de opinión el 2 de octubre de 2020 en: Die Welt, Le Figaro, Corriere della Sera, El Mundo, Financieele Dagblad, Kathimerini, Phileleftheros, Le Soir, Die Presse y Politico.eu.

Fabio Panetta, miembro del Comité Ejecutivo del BANCO CENTRAL EUROPEO

Dejar comentario

¡Por favor, introduce un comentario!
Por favor, introduce tu nombre

* Campos obligatorios
** Los comentarios deben ser moderados, en muy poco tiempo, serán validados