Hortera sí, tonto no

 Cada cosa en su sitio. Probablemente soy el periodista que más ha criticado al señor Adelson desde que se hizo famoso en España gracias al culebrón de EuroVegas. Sigo pensando lo mismo y, como la situación no cambia, no pienso valorar el esperpento de otra manera. Para mí, el dueño de Las Vegas Sands es un “ deslumbrapaletos” que intenta aprovecharse de la indignidad con la que las autoridades españolas están tratando este asunto, que tanta vergüenza ajena produce.
Cada cosa en su sitio. Probablemente soy el periodista que más ha criticado al señor Adelson desde que se hizo famoso en España gracias al culebrón de EuroVegas. Sigo pensando lo mismo y, como la situación no cambia, no pienso valorar el esperpento de otra manera. Para mí, el dueño de Las Vegas Sands es un “ deslumbrapaletos” que intenta aprovecharse de la indignidad con la que las autoridades españolas están tratando este asunto, que tanta vergüenza ajena produce.

Pero una cosa es eso y otra, muy distinta, la que hoy publicamos en AZARplus. En un solo día, el señor Adelson hizo que su fortuna aumentara la friolera de 4.410 millones de dólares ( 3.392 millones de euros ) gracias a que , en los momentos más difíciles, supo comportarse como un auténtico empresario de los pies a la cabeza. En dos palabras, sus acciones en Bolsa habían caído de más de cien dólares a poco menos de seis, pero a nuestro personaje no le tembló el pulso ni se le arrugó la cabeza. Tiró de cartera y puso en billetes de su bolsillo nada menos que 525 millones de dólares para comprar 87 millones de acciones de su empresa…

Y siguió a lo suyo, que era el crecimiento en Macao. Es decir, siguió ejerciendo de empresario y, probablemente, haciendo oídos sordos a lo que le aconsejaban sus asesores contables… Y no fue fácil. Un año después las acciones habían caído por debajo de la mitad de su valor y se cotizaban a 2 dólares… Pero Adelson ni se inmutó, muy al contrario perseveró en el deleite de sus horteras oropeles… Hoy, sin embargo, hay que quitarse el sombrero ante este anciano que sigue firme al pié del cañón, dando al mundo una lección magistral de lo que significa ser empresario y confiar en uno mismo, en sus proyectos, en sus esperanzas…

Ser empresario, como ser político, significa tener la posibilidad de transformar la realidad. Es un verdadero privilegio que no todos los empresarios y los políticos reconocen, quizá porque son junquillos que se inclinan en la dirección del viento… Es evidente que Adelson no es así y cuando, en el presente año , las acciones habían subido por encima de los 56 dólares dio órdenes de venta. Había aumentado su fortuna en 4.410 millones de dólares. Sus contables que, como los españoles, son verdaderos genios infalibles a la hora de predecir el pasado, no podían dar crédito a sus ojos. Precisamente por eso, Adelson era el dueño de la empresa y ellos no. Aquí, en España, más de uno debería aplicarse el cuento.