Nosotros

Marga, una amable y sagaz lectora, me tacha de algo gordito y mucho vanidoso. Tiene razón en lo primero y no defenderé una posición que la Cortisona ha puesto al descubierto. Estar en perfecta forma física a veces es puramente circunstancial y no siempre depende de uno mismo. La vanidad es, sin embargo, motivo distinto para la reflexión.

Marga, una amable y sagaz lectora, me tacha de algo gordito y mucho vanidoso. Tiene razón en lo primero y no defenderé una posición que la Cortisona ha puesto al descubierto. Estar en perfecta forma física a veces es puramente circunstancial y no siempre depende de uno mismo. La vanidad es, sin embargo, motivo distinto para la reflexión.

A Dios gracias, no se me acusa de la verbosidad inútil e insustancial que define la vanilocuencia, ni tampoco de ser gazmoño o fulastre aunque sí un poco meapilas, deslumbrado por su propia identidad. No veo tampoco aquí motivos de discrepancia con la gachí aludida, ni mácula que deba defender ante ella o frente a cualquier baranda que pretenda ondularme el entrecejo o enmudecer la húmeda.

Los del foro somos así. Llevamos siempre incrustado en el corazón un amoroso peluco que marca las horas exactas de la verdad y por eso nos ofende que nos llamen hijos del caballo blanco. Nuestra mala leche no tiene denominación de origen, sino que se genera y envejece directamente en la factoría interna de la conciencia. Vallecano sí, pero nunca ajado en la ficción de la fantasía, ni perseguido por bofia alguna.

Dicho lo que antecede, se comprenderán las razones que me han llevado a escribir este Editorial y que permiten adentrarme en el “ nosotros” sectorial con el correspondiente orgullo de pertenencia propio de quien no es neciamente presumido…aunque a veces sí, inevitablemente vanidoso…

¿ Cómo no enarbolar banderas de vanidad, estandartes de dignidad, si sólo hemos tenido engaños ? ¿ Cómo no sentir esa fría indiferencia ante quienes nos arrebataron salud y alegría en los irrepetibles años de la niñez ? ¿ Cómo compaginar humildad y desprecio ante la falta de un todo que los demás derrochaban ?… Son legiones los hombres y mujeres del Sector que comparten conmigo un origen humilde, levantando desde la nada el tesoro mayor o menor que vanidosamente guardan y defienden…

Mi tesoro son mis palabras, mi vanidad su uso y nunca consentiré encarcelarlas entre los barrotes del silencio… a no ser que un consistente “pelotazo” o un contundente “ braguetazo ” me conduzca directamente a un jubiloso distanciamiento ajardinado de la realidad…pero no caerá esa breva.