Rafael Soto y la libertad
Almorzamos hace unos días en un restaurante de lujo que, con dos cojones, tiene habilitado un salón para fumadores. Lo cual demuestra que todavía hay empresas que piensan en sus clientes, muy por encima de los procelosos garfios que les calva la Administración. Es algo más que una anécdota. En el Sector del Juego no sucede nada parecido. Vivimos esclavos de 17 normativas y un churro estatal que nació primando los Paraísos Fiscales.
Almorzamos hace unos días en un restaurante de lujo que, con dos cojones, tiene habilitado un salón para fumadores. Lo cual demuestra que todavía hay empresas que piensan en sus clientes, muy por encima de los procelosos garfios que les calva la Administración. Es algo más que una anécdota. En el Sector del Juego no sucede nada parecido. Vivimos esclavos de 17 normativas y un churro estatal que nació primando los Paraísos Fiscales.
En nuestra agradable conversación quedó meridianamente claro que nadie piensa en el jugador a la hora de estructurar el Sector. Ni empresas, ni administraciones se detienen un sólo instante para reflexionar sobre la realidad del destinatario del Juego. En España, los únicos “jugadores” reconocidos son los ludópatas y esa no es la cuestión. Aquí hablamos del jugador social, que representa el 98´5 % de los genuinos clientes del Juego.
Y Rafael lo tiene claro. Los juegos se crean en la calle, escuchando a estos usuarios… Pero, claro, de poco sirve esta experiencia si después no se dispone de la libertad reglamentaria capaz de articularla para la creación de modelos de negocio. La falta de libertad y la consiguiente ausencia de competitividad real, estrangulan el crecimiento… me dice Rafael…
Tiene razón. En los días universales de la economía global, cada país es distinto en el mundo del Juego y alguna vez tendremos que reconocer que toda la culpa no es de los políticos y sus administraciones… La Industria del Juego siempre ha tenido una forma muy peculiar en eso de ocultar las manos que al final tiran las piedras contra sus propios tejados… Es un fenómeno mundial, cuyo más interesante patetismo se encuentra en España.
Con indisimulado orgullo, Rafael remacha el razonamiento con la evidencia que mejor conoce: ” Donde hay competencia real, donde los jugadores pueden de verdad elegir entre los distintos modelos del mercado, como sucede en Méjico, nosotros tenemos más de 10.000 máquinas en explotación “. ¿ Qué sucede entonces en España ?
Pues servidor piensa que en España hemos inventado el “mamoneo” como forma más sofisticada de corrupción… y así nos va. Ahora que necesitamos libertad para acoplarnos al nuevo escenario del Sector, nos sobra y nos frena la pegajosa palabrería de treinta y cinco años de mamoneo… Ustedes ya me entienden.
No conozco personalmente a Rafael Soto pero he leido su entrevista en AZAR y tienen ustedes razón, dice unas cosas muy sensatas sobre como debería ser el sector en la actualidad. Y lo de los salones de entretenimientos parecen una de las salidas naturales de la crisis.
Otro que ha descubierto América, y pretende descubrir España, si tan bien se está en México donde no existe una ley y es la del oeste la que manda; solamente hay que echar in vistazo al panorama mexicano del juego y las noticias que leemos todos los días, vaya un ejemplo que ha venido a poner. otro filósofo. Dios nos libre de unas leyes y un sector del juego como el mexicano para nuestro país, aunque sea un buen negocio para los que allí están, porque la economía mexicana esta en auge y lo va a estar los próximos años. Yo no se lo que me durara en negocio en España y no soy grande para imponer propuestas para encontrar una solución, pero si tengo claro que no quiero que se parezca a ninguna regulación de ningún país latino americano y menos México. A ver si podemos conseguir que los gobernantes tengan en cuenta la necesidad del sector de juego, al menos al que yo pertenezco que es el presencial, consiga adatarse a los tiempos en que vivimos, seamos competitivos y podamos llevar a cabo una labor empresarial en libertad y con posibilidades de elegir, evolucionar y adaptarnos a ese jugador que es el que pone el dinero.
Tengo que felicitar a Rafael Soto después de leer su entrevista en azar. Siempre estamos diciendo que la administración no nos escucha pero también somos nosotros quienes no nos paramos a escuchar a los jugadores. No es fácil porque no tienen una asociación para dirigirse a nosotros, y por eso tiene más mérito que un empresario se preocupe así del asunto. Y en otras cosas también encuentro que Soto es un señor muy lucido y que vale la pena oirle, como en el caso de eurovegas, donde me parece que da en el clavo.