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Morirse

Una y otra vez me digo a mi mismo que la muerte también forma parte de la vida…Es tan sólo el último eslabón de esa cadena que nos condena a todos desde el mismo nacimiento… ese collar circular que elabora un destino poco manejable…No hay principio, ni fin…Únicamente, un pistoletazo de salida y un reloj aleatorio que cuenta las horas para el regreso…Y entre medias un largo camino de hieles y sonrisas, fracasos y esperanzas…Lutos y fiestas, que se mezclan ajenos a la conciencia primigenia que les dio su razón de ser…

Una y otra vez me digo a mi mismo que la muerte también forma parte de la vida…Es tan sólo el último eslabón de esa cadena que nos condena a todos desde el mismo nacimiento… ese collar circular que elabora un destino poco manejable…No hay principio, ni fin…Únicamente, un pistoletazo de salida y un reloj aleatorio que cuenta las horas para el regreso…Y entre medias un largo camino de hieles y sonrisas, fracasos y esperanzas…Lutos y fiestas, que se mezclan ajenos a la conciencia primigenia que les dio su razón de ser…

Lo pensaba ayer, mientras intentaba controlar la desazón de un vértigo que acabará matándome…Allí, en ese hospital que el Estado del bienestar me ha puesto como antesala al cementerio…Allí, sentado en un banco trillado por millares de culos, que esperan su turno para ser archivados en los campos santos que les aguardan…Una vida cuadriculada para una existencia circular…Principio y fin del malgastado orgullo del hombre…No hay salida posible en los campos, dolorosos y brillantes de la clarividencia…La Humanidad es tan sólo una mentira, frecuentemente adornada por los brillos del oro y las pegajosas babas del sentimiento.

Maternidad, Iglesia, Colegio, Cama, Navidad, Trabajo, Amistad, Urnas, Televisión, Bancos…Un sin fin de banderines intermedios para la fiesta luctuosa a la que todos estamos invitados… Estoy viviendo en uno de esos paréntesis en los que se consuma la tragedia de la conciencia…Ya no me siento uno de esos hijos bastardos del absurdo existencial porque, ayer, la muerte de otro amigo me ha congelado certeramente la sonrisa y destruido aparatosamente la esperanza…Mi cuerpo, envuelto en los algodones sanitarios del sinsentido, me ha impedido darle ese último adiós…

Mis dos grandes referencias de aquí, de esto en lo que vivimos, sudamos y hasta disfrutamos, ya no están entre nosotros…y un profundo sentimiento de orfandad me está taladrando el alma con unas consecuencias que ahora mismo desconozco…9 de noviembre, 5 de junio…en un triste calendario, que ya me está esperando…¿ Cómo no voy a querer desear volver al vientre del que nací ?…

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NOVOMATIC

9 Comentarios

  1. Amigo Ortega, el dolor es inevitable y a veces hasta necesario. La rueda en la que vivimos nos absorbe y nos hace ver como normal lo que no debería serlo. Nos hace darle prioridad a cosas que no lo merecen y darle importancia a lo que no la tiene… Tu dolor y el de muchos, ayuda a salir de esa rueda y recolocar las ideas en su sitio. En definitiva, y perdón por la expresión, hay ostias en la vida que se llevan a unos y otros, nos hacen despertar…

    No luches contra el dolor y deja que pase porque, como te digo, es inevitable. Lo que sí es evitable es el sufrimiento. Este además, no conduce a nada…

    Un abrazo fuerte…

  2. Escribió ayer el maestro Cuartango en El Mundo a raíz de una reflexión sobre la muerte, que en su caso es un tema recurrente: “Cuando el hombre aparece más desnudo y más frágil es cuando revela su grandeza”.
    Querido amigo: bajo la capa de frivolidad y un punto de cinismo has escondido siempre una sensibilidad enorme, una sentímentalidad atrayente y una amistad firme y duradera hacia los que se fueron. Casinos, bingos, máquinas y juego online no es más que parafernalia y entretenimiento.
    Un fuerte abrazo.

  3. El dolor es inevitable; el luto sí. Hay culturas y civilizaciones que prescinden del luto, y no es porque quieran menos a los seres desaparecidos. Yo admiro esa postura y la proclamo. El pesimismo y las tinieblas que envuelven hoy tu editorial, Ortega, te vienen pequeños. Con todo el respeto a tus sentimientos y a los que los tienen iguales, conmigo no conteis. Yo prefiero brindar con vino y hasta con risas por quien se va que llevarle flores y lágrimas a una losa de mármol.

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