AGA y AGEM se unen para combatir los Juegos no regulados en Estados Unidos

La American Gaming Association (AGA) y la Association of Gaming Equipment Manufacturers (AGEM) se han asociado para combatir el crecimiento de Máquinas de Juego no reguladas en Estados Unidos.

Dicha iniciativa persigue proporcionar herramientas y recursos para combatirlas a los gestores públicos, bien sean los encargados de formular políticas a nivel estatal o local o a las fuerzas policiales y agencias reguladoras.

Con el fin de concienciar sobre la problemática, también han difundido información sobre la misma, apuntando que debería ser una cuestión prioritaria atajar la situación, afirmando que existe una desprotección del consumidor y medidas de juego responsables.

“Eliminar el mercado ilegal que amenaza la seguridad de los consumidores siempre será una de las principales prioridades de la industria del juego”, dijo Bill Miller, Presidente y CEO de AGA. “Nos enorgullece trabajar con la Asociación de Fabricantes de Equipos de Juego y nuestros partners de la industria para combatir la propagación de máquinas ilegales. Es alentador para AGA que los encargados de formular políticas en algunos estados, como Virginia, hayan comenzado a reconocer los peligros de estas máquinas y hayan tomado medidas legislativas recientes para prohibirlas. Desafortunadamente, otras jurisdicciones donde estas máquinas se han generalizado pueden creer que su único recurso es regularlas y gravarlas. Recompensar el mal comportamiento no es la respuesta, y esperamos que nuestros esfuerzos de educación aclaren que la única solución real es detener la propagación de estos dispositivos “.

“La industria del juego regulado rara vez ha estado más unida en un tema singular y ahora tenemos una herramienta para abordar la información errónea y el engaño que utilizan las empresas de máquinas no reguladas para confundir a las fuerzas del orden público, los tribunales y los ciudadanos locales”, dijo Marcus Prater, Director Ejecutivo de AGEM, quien señaló también que “la propagación de estas máquinas representa una seria amenaza para el mercado regulado general, que ha invertido miles de millones en infraestructura, al tiempo que crea miles de empleos y beneficios fiscales esenciales en las comunidades a las que sirve”.