ALBERT SOLA y LA DIGNIDAD

En su condición de Presidente de Grecojoc, Albert Sola nos ha dado una gran alegría. Tras varios meses de generalizado silencio en el universo asociativo, ha sido el primer empresario que ha alzado su voz contra una Administración excesivamente zalamera con el macroproyecto EuroVega…
 En su condición de Presidente de Grecojoc, Albert Sola nos ha dado una gran alegría. Tras varios meses de generalizado silencio en el universo asociativo, ha sido el primer empresario que ha alzado su voz contra una Administración excesivamente zalamera con el macroproyecto EuroVegas . Con más razón que un santo, en sus declaraciones a la agencia efe, el presidente catalán se ha preguntado por qué los profesionales no están siendo consultados sobre las intenciones del “ deslumbrapaletos “ americano, al tiempo que dejaba meridianamente claro lo importante que sería para nuestro Sector que las grandes empresas españolas pudieran invertir en nuestro país, con las mismas condiciones que se barajan en el caso Adelson.

Son declaraciones de sentido común, pero lo trascendental del paso dado por el señor Sola es que se ha puesto enfrente de nuestra cultura empresarial con respecto a las administraciones públicas del Juego. Aquí las instituciones sectoriales no critican a nadie, antes bien intentan permanentemente consolidar el principio de “hacer de la necesidad virtud”, olvidando casi todo lo demás.

Y lo demás también importa. La dignidad corporativa es demasiado importante como para dejar que se doblegue ante alguna contrapartida limosnera de la Administración a corto plazo. Es una actitud peligrosa que a mí siempre me recuerda a un pasaje de “ La fierecilla domada” . En la genial obra del no menos genial Lope de Vega, aparece una frase muy reveladora sobre lo que estamos hablando: “ Si al principio no muestras quien eres, ya no podrás cuando quisieres “.

En fin, un consejo de nuestro Siglo de Oro sobre el que más de uno debería reflexionar por mor de su integridad empresarial porque, por ejemplo, a mi me parece indigno que los casinos de la Comunidad de Madrid estén callados como putas mientras, eso sí, realizan las obras de sus nuevos locales en el centro de la capital que. tan limosnera y graciosamente, les ha concedido doña Esperanza.

Conclusión y ojo al dato. Tenemos lo que nos merecemos.