Clarividencia

En España tenemos la suerte de pertenecer a un Sector en el que todos sus empresarios son líderes mundiales en algo. Sin ir más lejos, yo mismo ostento varios títulos universales en semisexo, deudas y vocabulario torticero. La finura de nuestro estilo empresarial contrasta con la del hortera yanqui y en eso vamos ganando, lo malo es que en lo otro, en lo de la tela marinera, sólo somos subcampeones…
En España tenemos la suerte de pertenecer a un Sector en el que todos sus empresarios son líderes mundiales en algo. Sin ir más lejos, yo mismo ostento varios títulos universales en semisexo, deudas y vocabulario torticero. La finura de nuestro estilo empresarial contrasta con la del hortera yanqui y en eso vamos ganando, lo malo es que en lo otro, en lo de la tela marinera, sólo somos subcampeones.

Y eso es profundamente injusto. Desde que comenzó la crisis, nuestros empresarios ya no pisan con la misma firmeza el green, ni la moqueta de sus despachos, ni mucho menos el patio de operaciones de los bancos. Aquí todo el mundo se queja, mientras lame y relame las heridas provocadas por la prima de riesgo y la cuñada de Zapatero. Cualquier cosa, menos la autocrítica porque, al fin y al cabo, seguimos siendo líderes mundiales de referencia en el Sector.

Perdón por la maldad, pero me recuerdan a esos chistes que contaba Gila sobre los inicios del fútbol : “ ¿ Has hablado con la afición ? “… “ Sí. Vienen los tres “. Y debía ser verdad que iban los tres, pero aquello era poca cosa comparado con la inmensidad actual. Ahora, los intelectuales del fútbol llenan estadios, telediarios, compran millones de camisetas y ponen banderas patrias en los balcones urbanos. Es decir, se lo pasan de puta madre y no se esconden de nada ni de nadie.

Y eso es lo que está haciendo Adelson, que no se manifiesta como el campeón mundial de nada. Se ha hecho dueño y señor de la colosal industria del juego. Sabe perfectamente que el Siglo XX fue el siglo del Deporte y que el Siglo XXI pasará a la Historia como el Siglo del Ocio y el Entretenimiento y va a lo que va, disparando sus flechas al centro de la diana. Paga buenos sueldos y se la suda los sindicatos; ofrece porcentajes razonables de premios a los jugadores e ignora a los ludópatas reivindicativos de su propia estupidez… Pero en nuestra querida España, todo es al revés. Se pagan sueldos de mierda y los sindicatos asfixian a los Casinos y los Casinos asfixian a los clientes… Y en cuanto a los ludópatas, son estimulados por JDigital, la ONCE, la DGOJ y el silencio de todo el cordero empresarial. Es la pesadilla de nunca acabar… La pescadilla que se muerde los huevos del beneficio y la dignidad.

Adelson ha sido capaz de abrir las ventanas del Juego. En Las Vegas hay un antes y un después de su llegada. Lo ha hecho principalmente conociendo a fondo a Su Excelencia el Jugador, algo que sólo el mítico Le Blanc supo hacer en Montecarlo hace ya demasiado tiempo… Y me encanta que, en nombre del Juego y sus clientes, presione a los poderosos para que acaben cediendo. Ese es su secreto. La defensa del jugador es su negocio. Por eso es tan importante el tabaco, porque sabe lo mucho que lo quieren y desean sus clientes.

Ni por su dinero, ni sus ochenta años, ni su inhumana actividad… Adelson se merece que EuroVegas le salga bien por su clarividencia.