Compartir

Análisis del Discurso de Investidura de Pedro Sánchez por José Antonio Gómez Yáñez

EL JUEGO ENTRA EN UN TERRENO MUY PELIGROSO PARA SU FUTURO

Jóse Antonio Gómez Yáñez

En el discurso de investidura del presidente del Gobierno en funciones dijo lo siguiente: “La sociedad demanda, igualmente, que regulemos con valentía el juego, que se ha extendido de forma descontrolada en las calles de nuestro país, y en particular en los distritos con menos renta. Debemos actuar con rigor para prevenir la aparición de las ludopatías y fomentar, en definitiva, un ocio alternativo saludable”.

No caben confusiones, el juego ha perdido la batalla de la opinión pública. Ahora ha saltado a la arena de las decisiones políticas de la peor manera. Una coalición acéfala de asociaciones de afectados, profesionales y profesores de psicología que encuentran espacio en sus revistas profesionales exagerando la dimensión de la ludopatía, periodistas jóvenes que buscan temas polémicos que les hagan huecos en sus medios digitales o diarios y suplementos locales y altos funcionarios de servicios sociales o sanidad que buscan ampliar su radio de acción administrativa, han logrado la atención de los políticos y ha convertido el juego en un problema de salud pública. El detonante fue la inclusión del juego en el listado de adicciones sin sustancia de la Asociación Americana de Psiquiatría.

El sector del juego no ha sabido gestionar esta crisis de opinión pública. Puede creer que ha puesto medios para hacerlo, pero se engaña. Reaccionar no es tener una estrategia ni comprender lo que sucede. Sin entrar en detalles: no hay un plan reconocible para hacer frente a esta ofensiva (aunque se haya puesto dinero), ni hay una implicación real de muchos de los principales actores del sector.

Hay que hacerse a la idea de que a lo largo de esta legislatura o en la siguiente, la política va a tomar medidas para responder a la “demanda social” de regular “con valentía” el juego. Sería un problema que lo hiciera con el desconocimiento. Obsérvese que en el párrafo del discurso no hay separación entre juego online o presencial. Convendría no meterse en el burladero de las competencias autonómicas y de que el Estado sólo tiene competencias sobre el juego online. Obsérvese, también, que quien lo dice es el secretario general del PSOE, con su enorme poder territorial. Muchos dirigentes intermedios del PSOE (y de Podemos) van a ver en el juego un terreno de lucimiento personal.

Pero estas cosas requieren tiempo de maduración. El sector del juego debería aprovecharlo para enderezar su imagen. Lo primero, es que necesita una estrategia: ¿qué es eso en comunicación?

  • Convertir al sector del juego en un emisor de información sobre sí mismo. Ha producido en estos años estudios convincentes, por ejemplo, sobre la verdadera dimensión del juego problemático, pero los ha comunicado de forma (muy) ineficaz (incluso contando con el aval universitario). El juego necesita comunicar regularmente, conseguir que los periodistas localicen a los portavoces del sector, que dispongan de un teléfono al que recurrir para contrastar. Emitir información interesante sobre sí mismo. Enrique Rosas, vicepresidente y portavoz de Anmare, lo explicó con precisión en Joc Privat.
  • Un objetivo, difícil ahora, es llevar el juego a las páginas económicas, salir de las de sociedad. Se puede conseguir, pero hay que definir un plan para ello. El Anuario del Juego es el instrumento para ello, pero hay que utilizarlo con más convicción.
  • Hacer lobby eficazmente. González Gago lo explicó en Valladolid toda claridad. En las decisiones sobre el juego cada vez intervienen más los responsables de servicios sociales y de sanidad (parte de la coalición acéfala descrita). El juego se ha conformado en estos años con llevarse bien con los responsables de Interior o Hacienda reguladores del juego, pero eso es insuficiente. No bastan entrevistas episódicas.
  • Transmitir un verdadero compromiso por paliar los problemas que se atribuyen al juego, o sea, el juego problemático. Esto significa mantener los estudios anuales Juego y Sociedad (perdón, son míos, y de Carlos Lalanda) que permitan dar información puntual sobre el nivel de juego problemático en España: uno de los más bajos del mundo. Pero estos estudios se hacen para comunicarlos y emplearlos para hacer lobby.
  • Mostrar un compromiso contra el juego problemático de todo el sector, o sea de los presidentes de las grandes empresas y de las patronales sectoriales y territoriales. El juego necesita con urgencia un Compromiso en mantener su vigilancia sobre el juego problemático, mantener a España entre los cinco países con menor tasa del mundo y, en caso descender de esa posición, tomar automáticamente medidas para dosificar la oferta de juego. O el juego muestra claramente su deseo de autorregularse o alguien lo regulará, y será peor. La presentación del próximo Anuario del Juego podría ser una buena ocasión.
  • Nada de lo anterior será útil si se mantiene la presión publicitaria del juego online. JDigital debería sacar un Código de Autorregulación para moderar esta publicidad y sus mensajes. Esto ha sido la espoleta que ha hecho saltar el problema en estos meses.
  • A medio plazo, el sector debería estar en condiciones de plantear a los Grupos Parlamentarios del Congreso y a los partidos una propuesta propia de regulación del juego online y presencial. Tal propuesta debería descender en cascada a comunidades y ayuntamientos.

Esto, al menos, es algo parecido a una estrategia (improvisada y surgida a “vuelatecla”) que se podría programar en un par de años. Propone medios, acciones para influir en la opinión pública, se impulsa por sí misma y no se basa en reaccionar y pretende llegar a un destino: proponer una autorregulación con un mínimo de credibilidad. Si el clima sigue como ahora, la regulación del juego la van a hacer los miembros de la coalición acéfala citada influyendo sobre los políticos y los altos funcionarios.

El juego debe ser consciente de que aunque ha pasado años de tranquilidad en la opinión pública, el agitado panorama social e información de nuestro país lo ha sacado esa placidez. La coalición acéfala dispone de una base social amplia compuesta por sectores de extrema izquierda y reaccionarios religiosos, sectores con una gran motivación para la movilización y creación de opinión. No conviene minusvalorar la capacidad de creación de opinión pública de este tipo de personas movidas por un objetivo monotemático que, en estos meses, se sienten capaces de lograr una victoria sobre las “fuerzas del mal”, o sea, el juego. Para estos sectores, es un paliativo de otras derrotas. 

Y ha entrado en una fase en la que esa derrota se puede concretar en restricciones a su actividad.

Dejar comentario

¡Por favor, introduce un comentario!
Por favor, introduce tu nombre

* Campos obligatorios
** Los comentarios deben ser moderados, en muy poco tiempo, serán validados