El Mono, el Burro y el Chulo

El mes de julio amenaza con descoser la faltriquera sectorial y no hay zagalejo, ni refajo alguno, que impida el desbordamiento propio de los sudores inherentes a la estación veraniega. Justamente hasta aquí han llegado los maliciosos afanes que estamos viendo interponerse entre el Estado de Derecho y los desechos del Estado. Entre lo uno y lo otro existe una larga letanía de padecimientos patrios a los que nos sumamos no como excepción, sino como regla.

El mes de julio amenaza con descoser la faltriquera sectorial y no hay zagalejo, ni refajo alguno, que impida el desbordamiento propio de los sudores inherentes a la estación veraniega. Justamente hasta aquí han llegado los maliciosos afanes que estamos viendo interponerse entre el Estado de Derecho y los desechos del Estado. Entre lo uno y lo otro existe una larga letanía de padecimientos patrios a los que nos sumamos no como excepción, sino como regla.

Acoso y derribo es lo que se percibe del Ministerio ese que tiene los ordenadores al servicio de gentilhombres y demás poderosa fauna. Nosotros sólo somos los destinatarios de ” la leña al mono ” que se adivina y apenas nos queda el disimulo de la grandeza vital, pero es claramente insuficiente para sustituir la pretérita excelencia económica que nos proporcionó Mercedes, Oros y Golf . Poca cosa si la comparamos con la inmensidad del Océano, las Instituciones del Juego o las cacerías del ciudadano Borbón, que ahora ha declarado no se qué de sus reales tornillos… Y debe ser que echa de menos alguno de ellos, desde que abuchean a la parienta cada vez que aparece en la Ópera.

Una pena, pero a cada cual lo suyo. Nosotros a los quehaceres propios del silencio de los corderos y el Ministro de chulería faltona a enseñarnos la senda amarga por la que pretende que nos deambulen los pepinos de sus competencias. Justo en ese trayecto, de desembocadura intestinal, es donde nos vamos a encontrar con las Apuestas de los loteros, las Tragaperras de los online y la vaselina de la armonización.

Menos es nada. Tenemos que dar gracias al Dios del Universo por los dones recibidos, los impuestos recaudados y las lentejas digeridas. Por mucho menos Caín mató al pusilánime de su hermano con una quijada de asno, dejando para la Historia un metafórico pleonasmo del que todavía no nos hemos repuesto…

O quizá sí, no estoy seguro. Con la infinidad de burros que todos conocemos, o nos reconocemos, en el gran Teatro del Juego y todavía no hay preparada una lista que reparta adecuadamente los papeles que cada uno deba representar según sus merecimientos y no los de sus padrinos… No existe un verdadero y único libreto entre los miles que manejamos… Y así nos va… En el fondo, puede que Montoro tenga razón con su ¡ Leña al mono que es de goma !

Habrá que ir buscando alguna quijada legal con la que defender nuestras lentejas y dejarnos de Comedias. Existieron algunos Abel en la antigüedad a los que vencimos con decisión y facilidad, pero lo de ahora es muy distinto… Ahora parece que ni siquiera sabemos reconocer a nuestros oponentes comerciales y, lo que es peor, tampoco sabemos identificar a los aliados… Tendré que preguntar a mi marido a ver qué podemos hacer…Seguro que él lo sabe porque, a Dios gracias, trabaja en otro Sector y conoce a Sheldon Adelson.