Farré y el cambio de Paradigma

Luis María Ansón, uno de mis queridos maestros en esto del periodismo interpretativo, lo solía decir con mucha frecuencia: “Fulano o Fulana siempre aciertan, cuando rectifican“. No era, evidentemente, una manera elogiosa de juzgar la realidad a través de los personajes que, sorprendentemente, la hacen moldeable … sino más bien una forma elegante y mordaz de jerarquización grupal de idiotas…

Luis María Ansón, uno de mis queridos maestros en esto del periodismo interpretativo, lo solía decir con mucha frecuencia: “Fulano o Fulana siempre aciertan, cuando rectifican“. No era, evidentemente, una manera elogiosa de juzgar la realidad a través de los personajes que, sorprendentemente, la hacen moldeable … sino más bien una forma elegante y mordaz de jerarquización grupal de idiotas.

Pero me interesa justamente ese instante en el que la estulticia adquiere rango estructural. Es decir, el momento en el que se incorpora al debate o, lo que es mucho peor, al escrito que después se lleva a las Administraciones Autonómicas. Porque, tras pasar por el Registro, estamos ante un indisimulado intento de convertir a los Reguladores en auténticos bibliotecarios de simplezas documentales… y obviamente esa no es su función…

Más bien su función, o una de sus principales funciones, consiste en la búsqueda de ese “ cambio de paradigma “ a la que tantas veces ha hecho referencia nuestro admirado Farré. Lo ha dicho desde dentro de la Administración y desde fuera; en discursos y en artículos muy serios, seriamente editados por la Revista AZAR… Un cambio de paradigma en la más pura esencia de lo que Thomas Kuhn definía ese concepto: Nuevas miradas a los viejos problemas.

“Nuevas miradas a los viejos problemas “. En esta frase se encuentran mezcladas la sabiduría y la estupidez con las que hemos convivido durante los últimos treinta y cinco años. Ideas brillantes que han sido vencidas, doblegadas y humilladas por la filosofía imperante del cajón, dueño y señor del universo sectorial… El Cajón, como si fuera un Dios ajeno a los parámetros del tiempo, de las tendencias sociales, de la economía o de la simple tecnología… Demasiados parámetros para tan cortas entendederas…

Mientras que la media docena de líderes sectoriales no se pongan serios y frenen los cientos de gilipolleces que las cientos de asociaciones mandan a los Reguladores… Y mientras los propios Reguladores no sean capaces de explicar a sus administrados que su función no es la de escuchar, valorar y archivar tonterías, poco se podrá avanzar en la búsqueda del “cambio de paradigma”.

Siento joder la marrana a los rentistas sectoriales con mi manera de pensar , pero lo tengo claro: Mientras los límites del indeformable Cajón estén identificados con los límites del propio Sector, tarde o temprano ese cajón acabará vacio y herrumbrado en las alacenas de la Historia.