Felonía

En los últimos tiempos se están produciendo en el Sector admirables batallas por la supervivencia de Empresas y sus correspondientes Trabajadores directos e indirectos. Pero la Industria del Juego no sólo se enfrenta a la crisis generalizada que vive el país desde hace años. En este periodo de sangre, sudor y lágrimas, también se ha visto obligada a cerrar los puños y apretar los dientes ante la chulería, la displicencia e inmoralidad de los Gobiernos del PSOE y el PP con respecto a los derechos del Juego tradicional nacido en 1977.

En los últimos tiempos se están produciendo en el Sector admirables batallas por la supervivencia de Empresas y sus correspondientes Trabajadores directos e indirectos. Pero la Industria del Juego no sólo se enfrenta a la crisis generalizada que vive el país desde hace años. En este periodo de sangre, sudor y lágrimas, también se ha visto obligada a cerrar los puños y apretar los dientes ante la chulería, la displicencia e inmoralidad de los Gobiernos del PSOE y el PP con respecto a los derechos del Juego tradicional nacido en 1977.

Al margen de los asquerosos monopolios de SELAE y ONCE, el juego Online ha sido y es la afrenta más groseramente salvaje de cuantas hemos tenido que soportar. Una vez bendecida y legalizada la inmundicia de empresas que operan desde Paraísos Fiscales, una vez sostenida y potenciada una vergonzosa publicidad discriminatoria y una vez que parecen haberse olvidado los fraudes de ley con el mantenimiento de la cartera de clientes lograda en la ilegalidad, ahora se está preparando la puntilla en forma de tragaperras online que, según un Subdirector General de Hacienda, pueden nacer CON PREMIOS MÁS ALTOS. Y contra eso no podemos competir.

Se pondrán así en peligro los miles de puestos de trabajo creados y mantenidos durante casi cuarenta años, para favorecer los intereses de unas empresas que apenas tienen empleados y que se lo llevan crudo en Gibraltar, Malta o las Islas Caimán… Y por si fuera poco, se está intentando bajarles los impuestos… Pobrecillos, apenas tienen para pagar las minutas de los despachos especializados en ablandar o moldear argumentalmente voluntades del servicio público al interés general.

Ni las Empresas, ni las Instituciones Sectoriales, ni las Administraciones Autonómicas pueden ser comparsas que presten su anuencia a esta verbena de la más repugnante felonía. Hay que romper la baraja y bajarse ya de un tranvía, cuya parada final es nuestra ruina. Lo que tengan que hacer, que lo hagan solos… y nosotros a confiar en el Estado de Derecho… Los Tribunales de Justicia, la Fiscalía Anticorrupción están para defendernos y valorar el torrente de pruebas ignominiosas que se pueden aportar… No sería la primera vez que el Poder Judicial le saca los colores al Poder Legislativo. No son horas de cortesías, ni de miedo, sino de acción decidida y contundente. Nos jugamos mucho con este Juego malvado que nos quieren imponer.