“¡Imbécil!”, “¡Gilipollas!”, “¡Canalla!”…
Los muy dignos y legítimos representantes de la Soberanía Popular llevan años mostrándose exquisitos a la hora de calificar a sus oponentes políticos…Seguramente son gajes de un oficio especializado en retorcer palabras y palabrerías, para hacer del adversario una suerte de hazmerreír público que sirva de diversión a los demás… Nada que oponer, salvo por el abuso particular y reiterativo de este tipo de pleonasmos conceptuales…Quiero decir que ya sabemos que la nieve es blanca, al igual que advertimos la existencia de algunos políticos imbéciles, gilipollas y hasta canallas…No hay nada nuevo bajo el Sol, mi General…¡ Oh, mi General !
Aquí, en el Juego, estas cosas las conocemos bien…La casta política nos tiene acostumbrados a navegar por las turbulentas aguas del desconcierto y la perplejidad…casi tanto, como si fueran nuestros propios empresarios y colegas de la larga aventura sectorial… O sea, que son asuntos humanos y, por lo tanto, vulnerables a lo que suele ser menester y no tan menester…Le pasó a Moises con sus Tablas de la Ley ( ” No desearas los bienes ajenos, ni a la mujer de tu prójimo ” )…Le pasó a Bertolt Brecht ( ” Cuando el pintor de brocha gorda habla de paz, el pueblo llano sabe que habrá guerra ” ) … y también parece que le está pasando a la actual Ministra de Hacienda que, al hablar de ” armonizar “, seguramente nos está invitando a componer entre todos una melodía que pretende tocar ella sola…para mayor gloria sinfónica de la ONCE y SELAE…pongo por caso…
El asunto no es nuevo…Ya se consiguió en 1991 y se intentó reeditar infructuosamente en la primavera de 2017, si bien la diferencia actual es que la ” intentona golpista ” ahora viene convenientemente arropada con el manto de la llamada “alarma social” y la convicción intelectualmente chabacana de que somos un problema de salud pública…¡ Toma, ya !…Los exegetas del ” caldo responsable ” ya tienen tazas para dar y tomar…
Así pues, orgullo y satisfacción es lo que debe estar en sazón…Hoy, como nunca, estamos a punto de tener lo que lentamente nos hemos ido buscando con nuestras gilipolleces… propias de imbéciles y solo en beneficio de algunos canallas…Ahora SÍ puede que, por fin, probemos y comprobemos en nuestras propias carnes lo del ” alea jacta est “…
Durante muchísimos años todo el sector privado estuvo esperando inútilmente que el Estado promulgara una Ley del Juego y se ahora pretende “armonizar” lo que no se supo o no se quiso regular.El señor Ortega tiene mucha razón cuando dice que solo quiere hacerlo por el interés de la Once y la Lotería.
¿Cuántos ludópatas se rehabilitaron gracias al gravamen complementario a la tasa fiscal que impuso el estado en el 91?.Seguro que ninguno, pero sí que consiguió vender más lotos y primitivas.Seguramente ahora están buscando lo mismo.
A pesar de no sentirme aludido por el titular del artículo de Manolo, me lo he leído; y, entonces, claro que sí me he sentido aludido por lo que está pasando, bueno, más bien por lo que va a pasar y que Manolo prevé con su clarividente sagacidad. Porque desgraciadamente el refrán de “Piensa mal y acertarás” funciona como un reloj, y el reloj sectorial dice que ha llegado la hora de utilizar el artificialmente creado clima de descontento y de alarma en torno al Juego Privado para que el Juego Público suba unos cuantos escalones más en el altar de su presencia y sus negocios.
Armonizar, a pesar de ser una bonita palabra, solo puede significar entre nosotros limitar, recortar, frenar, vamos, joder el asunto. Porque la armonización se basaría -¡ay!, se basará- en buscar el mínimo común denominador: todos iguales al más débil.
Y mi enhorabuena a una Ministra que habla de estados de desesperación al referirse al Juego, pero no la he oído decir lo mismo al hablar de la Vivienda, el precio de la energía, las pensiones, la atención a los dependientes y una larga cola de asuntos sociales con los que con ellos, de verdad, no habría que jugar. Y menos en los barrios más pobres como tanto les gusta decir.
Como será imposible encontrar una solución para un problema que no existe,yo prefiero quedarme con la ironía de la directora del juego de Cataluña y suponer que lo de la armonización es solo un malentendido.Un saludo a todos.