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La estampita prodigiosa

Nemo patriam quia magna est amat, sed quia sua. La clarividencia de Séneca es perfectamente aplicable al fenómeno social que ha constituido la Grossa catalana. Nadie ama a su patria porque sea grande, sino porque es suya. El inmenso éxito obtenido por el Gobierno de Catalunya en general y por Elsa Artadi en particular, desborda las anchuras del Juego y se instala en terrenos que consolidan un sentimiento patriótico ajeno a los avatares económicos complementarios. El nacimiento, desarrollo y triunfo de la Grossa no es sólo cuantitativo sino, sobre todo, cualitativo. La Libertad se gana con libertades, nunca con represiones… Y el Juego es una Libertad Civil que hay que defender, con la dignidad e independencia que ha demostrado Catalunya.

Nemo patriam quia magna est amat, sed quia sua. La clarividencia de Séneca es perfectamente aplicable al fenómeno social que ha constituido la Grossa catalana. Nadie ama a su patria porque sea grande, sino porque es suya. El inmenso éxito obtenido por el Gobierno de Catalunya en general y por Elsa Artadi en particular, desborda las anchuras del Juego y se instala en terrenos que consolidan un sentimiento patriótico ajeno a los avatares económicos complementarios. El nacimiento, desarrollo y triunfo de la Grossa no es sólo cuantitativo sino, sobre todo, cualitativo. La Libertad se gana con libertades, nunca con represiones… Y el Juego es una Libertad Civil que hay que defender, con la dignidad e independencia que ha demostrado Catalunya.

Ya sabemos que todas las Loterías son, de alguna forma, manifestaciones comparables al ” Timo de la Estampita ” como nos recuerda el amigo Lalanda en su artículo publicado en AZARplus. Esa es la razón por la que son explotadas por los Estados y manejadas por sus Cancilleres transilbanos. Los verdaderos timadores de las aspiraciones del pueblo se sientan, hoy como ayer, en los Consejos de Ministros y las “estampitas” de Lotería son una de sus más acreditadas señas de identidad extractiva. Ya lo dijo George Bernard Shaw: ” Las Loterías son el impuesto de los tontos “. España constituye la prueba del nueve de este pensamiento.

Desde que en 1466 la viuda del pintor flamenco Jan van Eyck organizara en Brujas la primera Lotería que se conoce con billetes numerados, Reyes y poderosos se han beneficiado de este vergonzoso “tocomocho” al que algún día la Unión Europea pondrá fin en su característica monopolística. Mientras tanto, quedan para la Historia episodios como el protagonizado por Luis XIV que en el siglo XVII organizó un Sorteo, cuyo primer premio le toco a él mismo, siendo la Reina y el Delfín poseedores de otros dos de los billetes agraciados por los caprichos del destino…

Pero nada de esto tiene que ver con la Grossa. Además de plantar cara a un Gobierno chulo, prepotente y trilero con sus Loterías, lo ha hecho sin la indignidad de utilizar niños indefensos o multimillonarios anuncios horteras. Y eso es de agradecer. La Industria del Juego debe ser sensible a esta bocanada de aire fresco que nos beneficia a todos e inicia un camino que, individual o colegiadamente, debería continuar en todas las Autonomías. Al menos en el Juego, la Independencia es un valor que hay que defender. Y en lo demás, también… Pero ese es otro cantar.

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NOVOMATIC

3 Comentarios

  1. Lo que cuenta el gran Lalanda es cierto, los catalanes han aprendido de la ONCE.
    Pero hay un factor adicional: los ´números altos – que no empiezan en 0, 1, 2 y 3, se venden mucho menos, pues nadie ha nacido en un día, mes o año que empiece en uno de esos dígitos.
    Por esa misma lógica, cuando hagas una primitiva o una Euromillones, apuesta a números altos. La probabilidad de que te salga el jackpot es la misma, pero si te toca un premio que tenga que repartirse entre varios, se repartirá entre menos…

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