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EN EXCLUSIVA para el nuevo número de la Revista AZAR José Antonio Gómez Yáñez analiza de forma soberbia la semejanza entre los cuadros de ambos artistas

La influencia de Cézanne en Sorolla: partida de cartas en la Malvarrosa

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En 1897, Joaquín Sorolla pintó “Partida de cartas en la Malvarrosa”, un lienzo que refleja la vida costera valenciana. Inspirado por la obra de Cézanne, Sorolla fusiona el impresionismo con el “luminismo” local.

José Antonio Gómez Yáñez revela para el último número de AZAR las influencias evidentes de Sorolla mientras desarrolla su estilo distintivo, marcado por la luz.

El Arte del Juego

La influencia de Cézanne en Sorolla: partida de cartas en la Malvarrosa

Casi a la vez que Paul Cézanne pintaba sus jugadores de cartas, en 1897, Joaquín Sorolla (1863- 1923) pintó un pequeño lienzo (42 x 54 cm) reflejando una partida de cartas entre pescadores después de la jornada, protegidos del sol por un toldo, un chamizo de paja. La playa sólo puede ser La Malvarrosa de Valencia, se observa que uno de los jugadores es mayor, tres observan, una mujer difuminada no interrumpe su trabajo doméstico por la partida, al fondo, el barco y otros pescadores prosiguen su faena en un plano secundario, unos gatos rondan la escena “a ver qué cae”. Acaso lo que más domina es la luz de la Malvarrosa, la playa a la que retornaba todos los veranos y escenario de sus mejores cuadros de exteriores, contrastada con las sombras del chamizo que hace soportable el sol que arrecia sobre la playa. Se “toca” el viento en la playa, plasmado en el movimiento de la tela que ocupa el centro superior del cuadro

Es inocultable la semejanza con los jugadores de Cézanne. Parece la primera versión de los jugadores de Cézanne, trasladada a La Malvarrosa con acento valenciano. Sorolla estaba atento a París, como todos los pintores de la época, antes de pintar este cuadro había estado algunos meses allí, y volvería poco después, obteniendo un resonante reconocimiento. Frecuentó París desde 1888. Con Picasso, Sorolla fue de los españoles en París el que más éxito tuvo, sobre todo en su vertiente comercial. También fue el menos rupturista. Parece razonable pensar que de alguna manera pudo tener noticia de los estudios de Cézanne sobre el tema. La influencia del ambiente artístico de la ciudad se reflejó en el influjo del impresionismo en su obra, transformado por influencia “valenciana” en el “luminismo”, su muy personal sello estilístico. Cabe decir que toda la obra de Sorolla está esmaltada por la luz. Precisamente por esto, la forma de resolver “el tema” es muy diferente a la de Cézanne.

La disposición del cuadro hace difícil pensar que Sorolla no conociera, al menos, los primeros cuadros de la serie de Cézanne. Refuerza la idea de esta influencia que parece un esbozo, un estudio preliminar: utiliza pinceladas grandes y sueltas, apenas apunta las siluetas de los pescadores y los gatos, hay zonas del cuadro sin pintar y no entra en detalles de las figuras, todo queda como “en esbozo”, pero destaca su cuidado de las alpargatas valencianas del jugador de la izquierda.

Este cuadro se encuentra en el despacho de los presidentes del Congreso, no sé cómo llegó allí. Tal vez aterrizó allí porque Sorolla hizo por aquellos años los retratos oficiales de dos presidentes de la cámara, Emilio Castelar y José Canalejas, tal vez este pequeño cuadro fuera “relaciones públicas” del pintor, allí sigue (que yo sepa).

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