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Desde la Administración se siguen tres líneas para su control: verificación de datos, pruebas biométricas y pruebas de vida y alerta ante datos dudosos de identidad

La Tecnología en lucha contra la suplantación de identidad

AZARplus

El Subdirector General de Regulación de la DGOJ Guillermo Olagüe enmarcó las primeras ponencias de la sesión en la importancia de la lucha contra los delitos de suplantación de identidad en la que desde la Administración se siguen tres líneas: verificación de datos, pruebas biométricas y pruebas de vida y alerta ante datos dudosos de identidad.

El ingeniero industrial Eduardo Azanza intervino como CEO de Veritas Digital Authentication Solutions del Grupo BBVA afirmando que puesto que España era una potencia líder mundial en la Industria del Juego, también tenía que tener ese nivel de liderazgo regulatorio. Centrado en la identificación de personas explicó que la verificación digital remota desarrolla una tecnología que hace de forma automática lo mismo que la identificación presencial, es decir que se está rompiendo la brecha entre ambas, mientras “se está construyendo la arquitectura legal de esta nueva tecnología”. Realizó una demostración en vivo a través de móviles en la Sala con escaneo de documentos de identidad reales y falsificados y el buen resultado de los cotejos biométricos de los rostros y de otros parámetros a través de 40 medidas de validación, que incluso hacen pruebas de cambio de edad, de apariencia o de voz. En el 99,8% de los casos el reconocimiento tecno-biométrico es más eficaz que el humano y autentifica la identidad del cliente con el protocolo PSD2 que comporta verificaciones en los campos “tienes”, “eres” y “sabes” siendo necesario cumplir al menos dos de ellos.

Javier Corral de la firma especializada Buguroo realizó el fascinante y también inquietante relato de cómo los sistemas remotos de identificación monitorizan en cada transacción datos como el tecleo del usuario, sus pautas de manejo del ratón, su posición física, la cadencia de su escritura o su velocidad de respuesta. Es la biometría del comportamiento que se une a la perfección de las biometrías faciales –expuestas asimismo por ambos integrantes de esta Mesa- para trazar toda una “red neuronal” en la Inteligencia Artificial que hacen prácticamente imposible la suplantación de personalidad y redirigen al Servidor de control cualquier anomalía, al igual que se hace ante el comportamiento dudoso al manejarse datos o contraseñas desde un teléfono móvil.

Ambos ponentes expusieron que los sistemas tecnológicos de control biométrico están diseñados para guardar la privacidad de los afectados y que, por ejemplo, pese a su perfección en el exhaustivo trazado de puntos de identificación facial no pueden reproducir rostros, sino únicamente verificar la concordancia de los puntos del rostro de un usuario o cliente con los puntos guardados en su archivo de datos.

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