Las “C”, sí o sí
Poco hay que añadir al magnífico artículo publicado por José Vall en AZARplus. Desde el nacimiento de nuestra Web, siempre hemos mantenido la misma postura. Las barrenas entre los subsectores se están derrumbando y se hace necesario dar cobertura legal a un hecho generalizado que se ha convertido en normal. Los Salones de Juego y los Bingos ni pueden permanecer ajenos al progresivo robo de clientes que está siendo protagonizado por los Casinos capitalinos, ni deben esperar a que las Tragaperras Online les den la puntilla con los premios estratosféricos que se nos anuncia desde la alfombra roja del Gobierno.
Poco hay que añadir al magnífico artículo publicado por José Vall en AZARplus. Desde el nacimiento de nuestra Web, siempre hemos mantenido la misma postura. Las barrenas entre los subsectores se están derrumbando y se hace necesario dar cobertura legal a un hecho generalizado que se ha convertido en normal. Los Salones de Juego y los Bingos ni pueden permanecer ajenos al progresivo robo de clientes que está siendo protagonizado por los Casinos capitalinos, ni deben esperar a que las Tragaperras Online les den la puntilla con los premios estratosféricos que se nos anuncia desde la alfombra roja del Gobierno.
El Presidente de ANESAR acierta con el diagnóstico, la terapia y las terribles consecuencias del mantenimiento de un esquema que está llamado al fracaso. Y lo dice bien claro a través del ejemplo inglés: Más de 500 Salones cerrados y más de 7000 puestos de trabajo destruidos en tan sólo un par de años…La realidad de nuestro vecino europeo no puede ser más clarificadora para nuestro país. O forzamos el cambio en el sentido aludido, o el cambio,que ya se ha iniciado, terminará aplastando las expectativas de las Salas de Juego españolas.
Las Comunidades Autónomas tienen que hacer uso de sus competencias y legislar sin complejos, a pesar de la mosca cojonera que representa la DGOJ y los no menos moscardones tocapelotas de algunos virreyes regionales…Ahora se precisa altura de miras y urgente decisión en favor de los usuarios, que suelen ser los grandes olvidados en estos temas de mamoneo político-comercial…Eso o esperar a que, ante la falta de libertad de competencia, sigan desangrándose económicamente en los Casinos hasta que sean legales las Tragaperras Online y sus premios inmejorables…
Más tiempo de ocio, más premios, más comodidad, más libertad de competencia y más profesionalidad es lo que necesitan los jugadores… que son los mismos clientes en Bingos, Casinos y Salones. Las Máquinas “C” están ante la aparente disyuntiva del Sí o el Sí para todos los locales de Juego. Los Reguladores tienen la palabra… Y no se trata de un trabajo difícil…Mucho más difícil y complicado era rizar el rizo de las eufemísticas Salas Apéndice…
Es verdad. Ha llegado la hora del cambio para los Salones y tenemos que hacerlo sin complejos, como dice el señor Vall.Ya está bien de competencia desleal tutelada y favorecida por algunas Comunidades Autónomas.
lo que tienen que hacer es dejar de cobrar las dichosas tasas que con la crisis que estamos padeciendo estan sacando mas la administracion que nosotros y ellos sin llevar trabajo NO A LAS DE JUEGO Y SI A UNA TRIBUTACION MÁS JUSTA (una maquina que hace mil no puede pagar lo msimo que una que hace 4)¡¡¡¡ NO A LAS TASAS DE JUEGO¡¡¡¡¡¡¡¡¡
El impuesto de juego no debe condicionar el negocio… debe establecerse sobre las ganancias brutas, y en cualquier caso sobre los beneficios.. una tasa fija puede ser una ventaja para las máquinas de alta recaudación en un número limitado de locales de todo tipo, pero penaliza a la mayoría de éstos.. por lo tanto debe haber un consenso en busca de esa trasparencia que nos de credibilidad y sobre todo conseguir una fiscalidad justa y proporcionada a lo que se ingresa o gana.
Esto es aplicable no solamente a las máquinas, porque los juegos de mesa en los casino o el bingo, soporta una fiscalidad en muchos casos confiscatoria.
De esa manera los negocios tendrán mas sostenibilidad y debemos admitir que ya no son los años 80 o 90, y que las empresas tendrán unos beneficios razonables una vez pagados los impuestos si los tienen, en virtud de su capacidad y eficacia en hacer bien el negocio.