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"Como en el resto de comunidades autónomas, desde 2014, con la mejora de la economía, se para la reducción del número de máquinas y comienza un leve incremento en el número de unidades que, principalmente, van a instalarse en salas de juego", explica Alejandro Landaluce, Director General de CEJUEGO, si bien "el volumen de juego en su totalidad en España es un 20% menor que en el 2007, antes de la crisis"

Las Máquinas B y C crecen un 27% en cinco años en Extremadura

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En España, en 2018 se contabilizaron 200.654 Máquinas instaladas: 158.247 en bares y cafeterías, 38.799 en Salones y 3.608 en Bingos, una cifra muy inferior a los niveles precrisis, cuando se superaban las 250.000. Un descenso que también se produjo en Extremadura, si bien a partir de 2012, la tendencia se invirtió en esta autonomía, sobre todo desde el 2014, hace alrededor de lustro.

Actualmente, el parque extremeño de Máquinas de tipo B y C es de 5.588, casi un 27 por ciento superior al que había hace un lustro y por encima también del de hace nueve años, según datos de su Consejería de Hacienda. Sin embargo, a nivel nacional, entre el 2010 y el 2018 seguía habiendo una disminución de un 17,7 por ciento, según el mismo medio, aludiendo a datos del último Anuario del juego en España.

Unos datos que, dentro de la misma información, interpreta Alejandro Landaluce, Director General de CEJUEGO, señalando que “la composición de la oferta ha cambiado, con la entrada del juego online y de las apuestas deportivas. Los juegos que llevan más tiempo como casinos, bingos, o máquinas en hostelería han disminuido su volumen, es decir, la gente juega menos en ellos”.

Además de señalar que “las máquinas de hostelería han disminuido en una proporción mucho mayor que el crecimiento del juego online y de las apuestas deportivas”. De este modo, a su juicio, cabe hablar de “un cambio de tendencia”, recordando que “el volumen de juego en su totalidad en España es un 20% menor que en el 2007, antes de la crisis”.

A nivel nacional, con respecto a las Máquinas de tipo B, Landaluce apunta que “actualmente hay una ligera tendencia al descenso en hostelería mientras aumentan las ubicadas en salones y bingos”. Su aumento en Extremadura lo entiende desde un enfoque autonómico, apuntando que «como en el resto de comunidades autónomas, desde 2014, con la mejora de la economía, se para la reducción del número de máquinas y comienza un leve incremento en el número de unidades que, principalmente, van a instalarse en salas de juego».

La contribución a las arcas públicas de estas Máquinas fue otro aspecto en el que Landaluce hizo hincapié. En cifras, el año pasado supusieron 1.025 millones de euros de ingresos netos para el sector hostelero, “lo que equivale al coste laboral de más de 50.000 empleados de hostelería”. Razón por la que “entendemos que es un canal que debemos cuidar y fortalecer, pues tiene un impacto muy positivo en las cuentas de resultados de los establecimientos de hostelería y, lógicamente, en el empleo directo de las empresas operadoras de máquinas recreativas”.

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