Los follamáquinas

Siempre han estado entre nosotros. Los follamáquinas son también los follamadres de los que hablaba el maestro Umbral, esos expertos en la invasión sangrienta de países y conciencias, armadores de lutos y arrepentimientos…Ah siempre han estado entre nosotros… Desde dentro y desde fuera, personalizando el eco histórico de anatemas e imprecaciones, dando lecciones de ortodoxa moralidad mientras se asean y perfuman con el agua bendita destilada en sus estructuras de casquería…

Siempre han estado entre nosotros. Los follamáquinas son también los follamadres de los que hablaba el maestro Umbral, esos expertos en la invasión sangrienta de países y conciencias, armadores de lutos y arrepentimientos…Ah siempre han estado entre nosotros… Desde dentro y desde fuera, personalizando el eco histórico de anatemas e imprecaciones, dando lecciones de ortodoxa moralidad mientras se asean y perfuman con el agua bendita destilada en sus estructuras de casquería…

Los follamáquinas son expertos follaputas, reyes de ácaros y ladillas en los colchones del latrocinio nacional…Son brillantes, porque brillan mediáticamente en los Patios de Operaciones, en los Púlpitos, en los Escaños, en las colas de Donación a los Partidos… Son los mejores ejemplos de sí mismos, pleonasmos vivientes que tiran la piedra y se fotografían la mano cubierta del oro impune que siempre encuentra aparcamiento en Suiza…

Saben manejar como nadie las encuestas amaestradas que, sin aclarar nada, parecen decirlo todo… Nos globalizan en los sacos de la inmundicia, compartiendo honor con alcoholes y drogas…Ah, ellos los follamáquinas, los de la pichita incierta, prestan su magisterio a una sexualidad vital que desconocen…distraídos, como están, en almacenar las vírgenes de la economía extractiva o la bobería intelectual de la que hacen gala…

Viven rodeados de palmeros analfabetos, socarrones paletos unidireccionales, borrachuzos del dinero fácil y el permanente cambio de chaqueta. Dan asco por lo que son y lo que dicen…pero hay que vivir cerca de ellos… andar con ellos, como si fueran esos zapatos baratos que te destrozan los pies… Triste destino el nuestro, en el permanente combate contra la estulticia crónica de los follamaquinas…

Y la Cruzada no ha hecho más que comenzar…Ahora, que los Bancos han ganado siete mil millones, quizá se tranquilicen…y yo me pueda ir otra vez de vacaciones.Ah, pobrecillos ellos y pobrecito yo.