Mi Estado me ama
Con cada una de nuestras decisiones, los seres humanos le damos un bocado a la seguridad o a la libertad. El término medio es el inmovilismo y el conjunto todo, el espejo que refleja el gran drama de nuestra existencia. Somos hijos prisioneros de esa diabólica ecuación que paso a paso, decisión tras decisión, va dibujando la geometría de nuestro deambular vital y social. No hay salida, ni camino distinto a la perplejidad que supone este “determinismo” inducido por nuestras propias decisiones.
Con cada una de nuestras decisiones, los seres humanos le damos un bocado a la seguridad o a la libertad. El término medio es el inmovilismo y el conjunto todo, el espejo que refleja el gran drama de nuestra existencia. Somos hijos prisioneros de esa diabólica ecuación que paso a paso, decisión tras decisión, va dibujando la geometría de nuestro deambular vital y social. No hay salida, ni camino distinto a la perplejidad que supone este “determinismo” inducido por nuestras propias decisiones.
Y esto lo sabe el Estado, ese gran ojo patriarcal que se nutre y deglute nuestros miedos y esperanzas, mientras nos dice que somos “soberanos”…mientras se asegura que ha fabricado tontos a los que ha vendido cosas… Son muchos los ayes de lamentos a lo largo de una vida, muchas las limitaciones que nos impone nuestra realidad de súbditos ciudadanos y mucha la tragicomedia en la que nos vemos obligados a participar…
Con cada euro que pagamos de impuestos, nos convencemos de que contribuimos a engordar al monstruo que acabará devorándonos… y el valle de lágrimas, se convierte en una desesperación que debemos ignorar para sobrevivir entre tanto hijo de puta con Poder… Eso es el verdadero Estado.
Mi viejo y casi olvidado corazón comunista palpita todavía, con indisimulado orgullo, cuando compruebo que se mantiene firme ante la mejor definición del Estado de cuantas conozco. No es la de Rousseau, ni la de Hobbes, ni la de San Agustín, ni la de Kant… y ni siquiera la de Hegel. La mejor, la más justa, la más exacta, la más real es la de Karl Marx : “El Estado no es el reino de la razón, sino de la fuerza; no es el reino del bien común, sino del interés parcial, no tiene como fin el bienestar de todos, sino de los que detentan el Poder…”
Juzguen ustedes mismos lo que ha hecho y hace nuestro Estado a nuestro Sector y valoren de paso lo que podrá, o no, significar la anunciada nueva Ley de la Unidad de Mercado.
Yo no confio para nada en la nueva Ley de la Unidad del Mercado. seguro que nos decepciona.
La Ley de Unidad de Mercado es un instrumento legal que se trata de poner en marcha, para resolver la dispersión normativa, duplicidad competencial y desorden de la economia de mercado de lo que son responsables los mismos políticos que ahora quieren poner orden y racionalidad en la estructura.
Por lo tanto lso primeros que han de cambiar sus ideas sobre la concepción de la estructura del Estado son los politicos a los que les afecta este ambicioso objetivo.
El sector del juego se ha visto afectado por esta dispersion, duplicidad y burocratización de la actividad en mano en la mayoría de los casos de “perfectos ignorantes” de lo que supone el contxto y funcionamiento de esta industria, además de carecer del sentido común necesario que “a veces” es importante para tomar las decisiones mas adecuadas a los intereses generales de la administración y los administrados.
El sector ha tenido que acomodarse a las, a menudo, decisiones caprichosas que han venido poniendo en vigor los distintos responsables de las CCAAA dsde que han asumido las competencias sobre esta acividad, y que han creado unas fronteras administrativas que dificultan una gestión racional y eficaz de las empresas.
Por lo tanto, los primeros que han de creer en la unidad son los mismos que han creado la dispersión, y cabe una seria duda de que los responsables de las CCAA asuman esa necesidad y dejen de lado cuestiones de politica territorial que nada tienen que con lleva a cabo una ordenación coordinada de la normativa y que permita unificar el mercado en todas las areas que permitan a las empresas optmizar la gestión de sus negocios.
Si las administraciones territoriales creen en el objetivo y están predispuestas a que se lleve a cabo esta unificación del mercado, haber si se dejan ahora “ayudar” para que esta transformación se haga bien d euna vez por todas, y en este sentido, los empresarios del sector, (y no estoy diciendo las asociacines), debe n ser partícipes de este proceso y aportar las ideas de que modelo de sector quiere y dibujar el esquema sobre el que ha de establecerse, ya que son los que mejor deben saber cual s la mejor solución para que se establezca ese escenario adaptado a los tiempos, que evolucione con la sociedad, con los avances tecnológicos y permita llevar a cabo un negocio sostenible, cuyos ´´exitos y fracasos dependa solamente de su capacidad de creatividad y competividad como cualquier otro sector economico.
A pesar de las dudas que nos pueda producir la predisposición de los responsables politicos en asumir esta busqueda de la racionalidad, los empresarios del sector del juego deben tener el protagonismo y aportar las soluciones pesentando una propuesta que le facilite a la administración crear ese nuevo marco de negocio que es imprescindibl para el progreso economico del sector.
Ahora de repente las competencias y (buen o mal) hacer de las CCAA a lo largo de estos años no han sido mas que una “paletada”. Quedan en mi retina sin embargo los perisistentes años de la Feria de Madrid en la que los jerifaltes de las CCAA eran dioses, adorados sin disimulo por todos estos, y muy especialmente Ortega, que ahora proclaman con gran fervor la unidad de mercado y critican la entropia autonomica.
Es hora de refundar un nuevo orden y resucitar el mas rancio jacobinismo. Ni tan siquiera llegan a pensar que los extremos se tocan y que la “paletada” y dispersión, mas allá de trabas burocráticas, irrazaonbles en algunos casos, mas que menos, ha traido aire fresco al sector ya ha propiciado por efecto de la diversidad interesantes avances.
Mas alla de que es perfectamente respetable cualquier idea, el Estado de las Autonomias es una buena forma de acercar la administración a los cuidadanos y hasta puede ser una mejor forma de gestión de los servicios, siempre que al llevarlo a cabo no burocraticen hasta lo anecdótico cualquier acto administrativo, que de pronto una empresa de una CCAA no ùeda llevar a cabo la actividad en otra CCAA sin repetir su inscripción de la actividad.
Es como si de pronto los automóviles tuvieran que ser homologados en todas y cada de las CCAA, aunque se fabricaran en una CCAA y estan homologados en una como como puede ser Castilla La Mancha, Valencia o Cataluna; pues eso pasa con el juego, y me quedo solo en ese aspecto, pero hay muchos mas ejemplos, que seguro que Kenama conoce tan bien como yo las “tonterias” normativas que se han repetido en los últimos 30 anos.. por aquello del “hecho diferencial”..
Se trata de encontrar la racionalidad, y cuando algo no está bien concebido, no importa el contexto, se reforma para que lo este, y no se trata de ser mas o menos jacobino o centralista, se trata de ser coherente y que un pais de 500.000m2 y 46 millones de habitantes no sean 17-+ 2 quasi paises con sus propias normativas en la mayoria de los casos contradictorias entre si y que como en muchas otras actividades duplican recursos y medios, complicando y encreciendo la gestión de manera innecesaria en la administración y en los administrados.
Finalmente, no puedo hablar por los demás, pero en mis 44 anos en el sector, no he sido yo nunca he rendido pleitesia, adorado como un Dios a ningun responsable político de la administración central o de una CCAA, simplemente se les atiende con respeto y educacion y se han hecho llegar las discrepancias siempre que ha sido necesario, aunque hasta ahora no ha valido de mucho, o tanto como hubieramos querido.
Perfecto ignorante me he quedado a cuadros, no sabia que en los tiempos de Franco hubiese sector del juego
Fue Benjamín Franklin el que dijo: Quién para aumentar su seguridad permite que recorten su libertad, acabará encontrándose con que pierde su seguridad y su libertad”. El viejo Franklin hubiera estado encantado de tener interlocutores como el audaz Ortega o el lucido “perfecto ignorante”, que apuntan al corazón del problema al decir que -en lo que respecta a nuestro Sector- el Estado es una fábrica de tontos o que es ilusorio esperar que los padres de la dispersión sean los padrinos de la unidad, pero no deben subestimar el hecho de que, por primera vez en muchos años, un Gobierno parezca tomarse en serio el mandato constitucional de la unidad de mercado sobre la piel de toro. Creo que, para empezar, habría que darles un poco de cuartelillo, eso si, sin perder de vista las carteras.
Puedes deshacer tus cuadros amigo Ingenuo….. .
El juego se despenaliza n Espana con la ley 06/77, comenzando con los distintos reglmentos a partir de 1978, desde ese momento se ha venido escribiendo la historia de esta industria hasta como se conoce hoy dia.
Hablaba de mi experiencia y actividad en la industria del juego desde 1968, bastante antes que en Espana staba en la actividad en Reino Unido, Japon, Belgica, EE.UU., entre otros paises…
Amigo Grafeno, sabes que al final se trata de aplicar el sentido comun, afortunadamente hay muchas personas en el sector que tienen bastante de esa materia del intelecto, solo han de despertar del letargo y aplicarlo…
Como tu bien dices, sin perjuicio de las dudas que pueden transmitir los responsables de convertir en unidad lo que han dispersado, el mero hecho de que se afronte est objetivo merece la pena hacer todo lo posible en acmpanarlo y aprovechar la oportunidad para que la inudstria del juego forme parte del mismo….
Ni Estado, ni San Agustín, ni Saturno comiéndose a sus propios hijos. Ni siquiera Marx. No te equivoques, Ortega.
El Poder está en la FAES, que es de donde salió el borrador del “Mercado Único” de los Estados de Iberia. Ya sabes quien es su Jefe, lo de ayer de Aznar , y su opinión del “estado” de la cuestión………” lo de las CCAA y sus gobiernos “nacionalistas” es todo un lío….. ”
El poder tambien reside como consecuencia ….. en el “Calvo” de la FAES que está en el Gobierno cual Caballo de Troya. Y no me refiero al del anuncio del Gordo de la Lotería, que ese tambien se fue al paro ….
EL OBJETIVO DE CONSEGUIR LA UNIDAD DE MERCADO ES UN HITO QUE DEBE PLANTEARSE COMO UN DESAFIO EN UN ENTORNO ECONOMICO Y SOCIAL COMPLICATO POR LO NEGATIVO DE UN IMPACTO GLOBAL, POR LO QUE EL PROBLEMA NO ES ALGO EXCLUSIVO DEL SECTOR DEL JUEGO, QUE TAMBIEN, SI NO QUE AFECTA A LA MAYORIA DE LAS ACTIVIDADES ECONOMICAS EMPRESARIALES DEL ESTADO.
A PESAR DE ALGUNOS CAMBIOS ESTRUCTURALES QUE SE HAN PUESTO EN MARCHA, ESPANA SIGUE TENIENDO UN GRAVE PROBLEMA DE COMPETITIVIDAD, POR UNA PARTE INTERNA Y POR OTRA HACIA EL EXTERIOR, Y PARA PPODER SER COMPETITIVOS EN EL EXTERIOR NECESARIAMENTE HA DE CONSEGUIRSE PRIMERO INTERNAMENTE, Y UNA FORMA DE ACELERAR ESTE PROCESO ES A TRAVÉS DE LA UNIDAD DE MERCADO, OBJETIVO IMPRESCINDIBLE PARA RECUPERAR LA COMPETITIVIDAD
Es necesario racionalizar el entramado regulatorio que produce la fragmentación del mercado para la actividad económica y empresarial, que multiplica la necesidad de recursos en la administración, necesarios para afrontar la duplicidad de trámites, control y organización administrativa de las actividades innecesariamente establecidas.
Asimismo hay que eliminar una situación en la que Idénticas actividades se vean sometidas a unos requisitos y especificaciones distintas, o a una tributación diferente en función de la CCAA donde se realicen y sin ninguna justificación técnica o económica
Debe servir de reflexión, que mientras que en la Unión Europea llevan lustros dado pasos y regulando el espectro económico europeo hacia un Mercado Único, en España hemos retrocedido y avanzando en sentido contrario, rompiendo la unidad nuestro propio mercado interior
La Unidad de Mercado no es algo empírico, y no es solamente una demanda de las empresas, sino una necesidad e imperativo económico, imprescindible si se quiere recuperar competitividad y productividad.
Conseguir la Unidad de Mercado dentro de la complejidad del entramado normativo existente y creado por el Estado de Las Autonomías, no será fácil, y las trabas son mas políticas que prácticas, pero está muy claro que se requiere un marco normativo más seguro, más sencillo, más homogéneo y mucho más ordenado que en lugar de entorpecer la actividad económica, la impulse y favorezca
Es por eso que con la Lay de Unidad de Mercado, el Gobierno está tratando de adoptar una estrategia global, que es audaz y valiente, pero que solo puede conseguirse buscando y encontrando el mayor consenso político con los representantes territoriales de las CCAA, gobierna, y acometer de una vez por todas la recomposición de la unidad del mercado español, a través de una coordinación racional de la normativa de todas las actividades, lo que no debe confundirse con centralización, ya que no se trata de deshacer el Estado de Las Autonomias o eliminar competencias, si no que éstas se ejerzan teniendo en cuenta ese objetivo de lograr un Mercado Unico dentro en toto el territorio del Estado.
No saben lo que hacen pero lo peor es que se creen que sí lo saben. La descentralización es un motor económico que en ningún caso se puede sustituiir por más centralismo. Hay que recordar los procesos de fusiones de las Cajas de Ahorros que no han servido más que para empeorar su situación.
No os preocupeis esta futura Ley es de corto recorrido,¡si algunos territorios estan preparando la independencia!, este tipo de leyes son papel mojado. En el mejor de los casos por cortesía se impugnan en el Costitucional y el tema de acabó.
No merece la pena mayor debate a nuestro nivel.
Para actuar en el mercado único de los estados desunidos de España en el sector del juego, lo mejor es instalarse en Gibraltar, Malta o paraiso fiscal similar nos lo están enseñando las compañías que ya dominan el mercado de juego online .
Unidad de mercado: que bonita es la Unidad.
Un día de estos hagan la prueba siguiente: vayan a la web del Boletín Oficial del Estado, y se descargan el correspondiente; luego el respectivo de la Comunidad de Madrid, el de la de Cataluña, Valencia, Galicia…; continúen con los respectivos a los Ayuntamientos de ciudades mayores de 1 millón de habitantes, por acotar; y por supuesto, acudan a los respectivos de los órganos de la Unión Europea. Una vez, hecho, miren el peso “digital” en megabits e imaginen el volumen en papel impreso. Ahora eleven esto a 365 días del año, y luego a una década, en la que previsiblemente habrá varios cambios de gobiernos en cada nivel político, con idéntico entusiasmo todos en cambiar el devenir de los acontecimientos a base de texto legal.
Añadan ahora la inclemente producción de recursos para resolver las discrepancias legales ante los órganos jurisdiccionales, que deberán respetar largos procedimientos formalmente garantistas para dictar resoluciones, susceptibles de nuevas recusaciones, etc.
Tengan además en cuenta que detrás de esta inmensidad hay otra inmensidad de obreros y maestros juristas intentando justificar su industria en variados parlamentos y despachos, y una sociedad entera, dividida en un sinfín de grupos e intereses intrigando, presionando , intimidando, persuadiendo para que se apruebe una u otra norma.
¡Ah, el imperio de la ley!
Imaginen como podría ser el infierno.
Es broma, hoy es viernes.