Solidarios

Ni un nuevo Rey, ni la imputación de su hermanita, ni el aforamiento del carcamal emérito, son noticias más importantes que la ofrecida por UNICEF. Como españoles, como ciudadanos y como seres humanos, de un país que se dice desarrollado, podemos consentir que más de dos millones de niños estén bajo el umbral de la pobreza y contemplando un horizonte en el que se les niega comida y se les obliga a pasar hambre. Algún excremento humanoide, de los que hay en todos los Sectores profesionales, argumentará que es de mala educación llamar hijos de puta a los culpables de esta situación, pero yo digo que esa violencia verbal es perfectamente calificadora, legítima y hasta necesaria. La riqueza del castellano obliga a su mejor utilización en la contundencia de la denuncia y, por muy borracho que se esté habitualmente o por mucho que te paguen tus quehaceres tarambanas, no se puede vivir de espaldas a una realidad tan injusta y cruel para la cuarta parte de nuestra infancia. Lo demás sólo son batallitas del abuelo…

Ni un nuevo Rey, ni la imputación de su hermanita, ni el aforamiento del carcamal emérito, son noticias más importantes que la ofrecida por UNICEF. Como españoles, como ciudadanos y como seres humanos, de un país que se dice desarrollado, podemos consentir que más de dos millones de niños estén bajo el umbral de la pobreza y contemplando un horizonte en el que se les niega comida y se les obliga a pasar hambre. Algún excremento humanoide, de los que hay en todos los Sectores profesionales, argumentará que es de mala educación llamar hijos de puta a los culpables de esta situación, pero yo digo que esa violencia verbal es perfectamente calificadora, legítima y hasta necesaria. La riqueza del castellano obliga a su mejor utilización en la contundencia de la denuncia y, por muy borracho que se esté habitualmente o por mucho que te paguen tus quehaceres tarambanas, no se puede vivir de espaldas a una realidad tan injusta y cruel para la cuarta parte de nuestra infancia. Lo demás sólo son batallitas del abuelo…

La Industria del Juego, asentada y normalizada en nuestra Sociedad, debe ser sensible a las lacras de asimetría en las que estamos sumidos. Se echan en falta las debidas respuestas de solidaridad personal, empresarial e institucional… Articular acciones en este sentido no estaría de más y juzgo sensato que deberíamos dar lo mejor de nuestro espíritu corporativo en la ayuda que tanto precisan los niños españoles. La lucha por la mejor Máquina, el más destacado Ebitda o la más esplendorosa Explotación, no debe hacernos olvidar el alto índice de moralidad que sustentan las acciones de confraternización con los más necesitados y auténticamente vulnerables…

No sería la primera vez. Las Ambulancias donadas por CIRSA en Cataluña, los Colegios construidos por CODERE en Colombia o el Asilo de Pradoluengo levantado en su día por Julio Marroquí, son ejemplos del pasado que pueden iluminar nuestro presente… Iniciativas más recientes, como la de los Hermanos Soto con el Banco de Alimentos de Sevilla y Cáritas, también están en la órbita de un Sector que sabe mirar de frente la desgracia que sufren muchos de sus compatriotas…

Sólo los comportamientos nos hacen grandes… la ancha y hermosa vida emocional no pasa de ser un peldaño anterior en la trascendencia de nuestra condición humana… Si hemos financiado locales para ludópatas o Fundaciones contra la Droga, si todavía estamos discutiendo la parte del millón de euros que pide la DGOJ , ahora se ha presentado una magnífica oportunidad de ayudar a quienes pasan hambre sin poder decidir su condición y sin ser culpables de nada. ¿ Nos ponemos a ello o miramos a otro sitio ?